RADIOLARIA

«Breaking The Girl» es una de las preferidas de los fans de los Red Hot Chili Peppers y uno de esos pintorescos temas que, a su vez, dieron pie a un video ampliamente rotado por la MTV a inicios de los 90.

El culpable del embrión de tan exquisita creación del álbum Blood Sugar Sex Magik fue el entonces guitarrista del grupo, John Frusciante, quien, inspirado en «Friends» (de Led Zeppelin), armó una base de cuerdas que atrapó al instante al vocalista Anthony Kiedis. Éste quiso enredar dichos sonidos con una letra que le salía del alma por aquellos ayeres, producto de su reciente quebranto con la modelo Carmen Hawk.

Anthony mezcló los líricos la relación con Carmen con la eterna influencia de su padre sobre sí. No se trató jamás de un nexo familiar común y corriente, ya que es bien sabido que la vida de John Michael Kiedis, mejor conocido en California como Blackie Dammett, estuvo decorada con grandes cantidades de droga sin importar demasiado el nivel de afectación de ello sobre su hijo Anthony.

«Raised by my dad, girl of the day, he was my man, that was the way. She was the girl left alone, feeling the need to make me her home. I don’t know what when or why the twilight of love had arrived«.

Pese al nido inestable del que había emanado, el artista sintió siempre la necesidad de escapar de los vicios de su antecesor, quien incluso llegó a «organizarle» la pérdida de su virginidad cuando tenía apenas 12 años de edad. La mujer elegida para ello fue ni más ni menos que… ¡la entonces novia de su padre!, seis años mayor que el nene.

«Empecé a cuestionarme si estaba siguiendo los patrones de mi padre, saltando de cama en cama. Por más excitante y vibrante que una etapa con chicas bellas sea, al final del día esa mierda implica demasiada soledad y te quedas sin nada», declaró Kiedis.

Así pues, «Breaking The Girl» existe y subsiste para que el vocalista de los Peppers no olvide aquellos años en los que su ex novia lo inspiraba y su padre era todo un (mal) ejemplo para él.