El 17 de marzo de 1995 Billy Corgan le mostró al resto de The Smashing Pumpkins el demo de un tema titulado «Zero». Y exactamente como sonó aquella tarde… suena hoy día, cada que alguien reproduce el track 4 del Mellon Collie And The Infinite Sadness.
La pureza y contundencia de aquella maqueta convenció a tal grado a la cuadrilla que entre todos decidieron no «percudir» su esencia.
«No hubo gran discusión acerca de lo que debíamos hacerle o agregarle. La primera vez que la banda tocó ‘Zero’ fue en mi cumpleaños y ese demo suena exactamente igual al que fue grabado para el disco. Significa que en una hora de trabajo el grupo creó un clásico», le dijo Corgan a Matt Pinfield en una charla en 2013.
«Algo curioso es que se trata de una canción que pareciera no envejecer. La tocamos en los shows y parece que es un track nuevo. No parece pertenecer a ningún periodo, no sé de dónde salió y nunca he vuelto a componer algo así. Dura solamente 2 minutos y 20 segundos y sigue levantando a la gente en los conciertos».
Si Dios está vacío, como vocifera Billy en la letra, eso ya lo ratificará o negará cada quien. Lo importante es que «Zero» es un himno que sirvió como la bofetada furiosa que el cantautor buscaba dar en aquella década a quienes traicionaban al rock. Lo dijo muchas veces el pelón: «éste es nuestro fuck you!» a quienes pretenden prostituir la música auténtica y esclavizarla a la industria popera.
«Emptiness is loneliness, and loneliness is cleanliness, and cleanliness is godliness, and God is empty… just like me«.
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