En el diccionario urbano británico la palabra nookie significa sexo. Y si uno se interna aún más en los callejones del slang de la isla, verá que al término se le ancla la idea de una chica que es vista simplemente como una magnífica pareja sexual.
En la enciclopedia musical estadounidense «Nookie» es el sencillo más robusto de Limp Bizkit, un clásico instantáneo del disco Significant Other, hecho de hip hop y metal a partes iguales, que enseñó el músculo suficiente para poner de rodillas a la crítica especializada seis meses antes de terminar el siglo. Era apenas una muestra de cómo, en pleno 1999, la banda de Jacksonville aprovechaba la extinción del grunge y del britpop, y el desesperante estado de letargo del heavy metal en el cual no se sabía si podría darse un renacimiento en algún momento o si únicamente Pantera faltaba por morir.
Así, los rabiosos gritos con los que Durst salpicaba su piocha en «Nookie», dedicados a un ex amor que le había tajado la vida poniéndole los cuernos de día y de noche, abanderaban una época musicalmente novedosa en la que era posible ver sobre el entarimado a un patineto corpulento rapeando con pantalones aguados junto a un salvaje y prodigioso guitarrista que parecía más criatura que humano (Wes Borland).
«La canción es sobre una ex novia y sobre el hecho de que me trataba como una mierda. Simplemente no podía dejarla, no podía superarlo. Se acostaba con mis amigos y a mí simplemente me utilizaba por mi dinero», confesó Durst a MTV, demostrando que lo sufrido no quita lo creativo, sino todo lo contrario. «Traté de entender el motivo por el que soporté esto, y sí, todo lo hice por el nookie«, agregó muy sincero el vocalista escondido debajo de la gorra de los Yanquis de Nueva York.
Según contó otra de sus chicas, Fred enviaba dinero a su mujer para apoyarle en los gastos de diario, pero ésta lo despilfarró a lo grande durante meses junto a un sujeto apodado «Teddy Swoes» cuyo nombre de acta jamás se conoció. Para poner más pimienta a la anécdota, en el cuartel de Limp Bizkit se consideró involucrar a este tercero en discordia llamando el disco de 2003 The Search for Teddy Swoes. Sin embargo, la caricaturesca ocurrencia de «echarle montón» al incauto quedó completamente descartada por sugerencia de Borland, quien prefirió dejar el borrascoso pasado de Durst en su sitio. No hubo maniobra revanchista, ajuste de cuentas ni estrategia justiciera. El cuarto material de la agrupación se tituló simplemente Results May Vary, haciendo bostezar a los búhos.
«Ahora pienso más en las mujeres que cuando sacamos nuestro primer disco. No solía pensar en ellas de modo alguno», dijo el mentado Fred en otra conversación con la revista Rolling Stone, justo cuando esta publicación habló de lo cuestionable de sus letras, tachadas de misóginas por un buen número de fans y medios de comunicación.
Como sea, William Frederick Durst no debería ser satanizado por los impulsos que se apoderaron de su juventud y que provocaron letras como la de aquel furibundo single de 1999. Como dictaría la versión slang de Cristo, que arroje la primera piedra quien no haya hecho o tramado algo única y exclusivamente… por el nookie.
«I can’t believe that I can be deceived by my so-called girl, but in reality she had a hidden agenda, she put my tender, heart in a blender and still I surrender. I did it all for the nookie…»
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