«Cherish» fue uno de esos extraños éxitos bobalicones de Madonna, de esas canciones que se convirtieron de manera inexplicable en hit, pese a todo.
Ya para los alcances de la diva en 1989, en plena promoción del monstruoso Like A Prayer, en medio de controversias por sus referencias religiosas y sexuales, resultó sorpresivo que de pronto la artista se saliera de toda polémica y lanzase un tema ligero, simple y hasta con un video inocente como tercer single de aquel álbum.
A nivel lírico, resultó completamente notorio el contraste entre el deseo de un amor eterno y lleno de romanticismo y la realidad por la que atravesaba Madonna en aquellos tiempos, toda vez que se encontraba en medio de un proceso de divorcio con el actor Sean Penn, a los ojos de muchos, el hombre más importante de su vida.
Sea como sea y con el paso de los años, la intérprete diluyó el gusto que tenía en un inicio por «Cherish».
«Nunca he sido talentosa para saber si las cosas serán exitosas o no. Las canciones que considero las más bobaliconas que he escrito, como ‘Cherish’, terminan siendo mis mayores hits», le dijo Madonna en 2009 a la revista Rolling Stone.
Tras ser lanzada en agosto de 1989, la canción llegó al segundo peldaño en el Billboard Hot 100 y al tercer puesto en el chart de Reino Unido, pero está claro que su creadora perdió el encanto muy pronto, ya que la incluyó únicamente en su Blond Ambition Tour y no volvió a tocarla en directo. Así como en el video, grabado en la laya de Malibú y lleno de mar y tomas en blanco y negro, en la interpretación en vivo de «Cherish» la diva hacía graciosas y cachondas coreografías con bailarines vestidos como sirenas.
«Fue un triunfo para la mancuerna Madonna/Patrick Leonard. A pesar de ser sumamente simple, sigue siendo una de las mejores canciones que Madonna ha escrito. Dulce y entusiasta, mas no por ello cursi», opinó el crítico Randy Taraborrelli.
A juzgar…
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