La locura se besa con los chicos de Franz Ferdinand. Y cuando eso pasa, hasta los muertos pueden revivir en los acordes del grupo de Glasgow.
El cierre del disco Tonight: Franz Ferdinand lo componía la canción menos bailable del álbum más bailable de la carrera de la cuadrilla.
Se titulaba «Katherine Kiss Me».
«Estábamos trabajando en una canción titulada originalmente ‘Kiss Me’ y deseábamos un sonido diferente en las percusiones. Teníamos un esqueleto guardado en una caja, el cual terminó sentado en una esquina del estudio de grabación. De pronto lo miramos y decidimos experimentar con él», le dijo Alex Kapranos a MTV News, afirmando que cada integrante de la banda eligió una parte diferente de la huesuda para tocar.
«Nick (McCarthy) tenía las manos y aplaudía con los huesos juntos. Paul (Thomson) trabajaba con la pelvis y el fémur. Colocamos los dientes en un vaso y ensamblamos todo, logrando un sonido macabro. No puedo pensar en otros discos que incluyan huesos humanos».
La tal Katherine, a quien hace alusión Alex en la canción, no tiene que ver en lo absoluto con ese sospechoso cadáver que los chicos adquirieron en una subasta años atrás. Simplemente, según publicó Uncut en 2008, la aludida era una chica a la cual el paladín del buen vestir había besado alguna vez.
Según sabemos, no hubo crimen ni nada por el estilo. Ni siquiera es posible saber si la protagonista se llamaba realmente Katherine.
Así pues, es recomendable no engordar la mitología indie de Escocia. Mejor gocemos de la presencia de los muertos en la música que hace la banda más encendida de Glasgow.
Para eso sirven los esqueletos guardados en cajas.
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