«Who’s Gonna Ride Your Wild Horses». De Bono para The Edge, así de simple.
El hombre de los lentes de mosca encontró inspiración en el hombre de la barba de candado justo cuando éste atravesaba por un doloroso proceso de divorcio que muchos han colocado como consecuencia de una infidelidad.
Fue en las sesiones de grabación del célebre Achtung Baby que se materializó la idea de Bono, cuyo mérito estribó en escribir no sólo acerca de una situación ajena, sino refiriendo a la entonces mujer de The Edge, Aislinn O’Sullivan. La separación de los cónyuges, alguna vez chiquillos que se enamoraron perdidamente en la secundaria, se dio en 1990, pero por cuestiones legales en Irlanda, el divorcio no llegó sino hasta seis años después. Tres pequeños resintieron la ruptura y apenas un año después de la firma del trámite, David Evans cristalizó un nuevo amor con la bailarina asignada a la interpretación en vivo de «Misterious Ways» durante el Zoo TV Tour, Morleigh Steinberg.
Con el brillo de Achtung Baby contrastó no únicamente el desdén de «Who’s Gonna Ride Your Wild Horses». En realidad «So Cruel» y «Love Is Blindness» fueron las otras partes del lúgubre trasfondo de un disco que marcó no sólo un cambio de década, de sonido y de estilo, sino también de vena en U2. La línea «Who’s gonna taste your salt water kisses?«, una referencia al sexo oral, era parte de esta maraña de emociones que Bono incluyó en la composición sin duda ni titubeo. Golpes reales, pérdidas reales, físicas, sentimentales, sexuales. Todo eso se lleva el viento a cambio de dejar una mísera cajita con recuerdos.
Eventualmente, The Edge contraería nupcias con Morleigh a mediados de 2002, con lo que culminaría una larga historia de dolor, desamor, quebranto y renacimiento que afectó a toda una banda en su tiempo de mayor esplendor.
Larry Mullen afirmó en su momento que, después de mezclar la canción de 12 diferentes maneras en incontables intentos, el resultado no fue el esperado.
«Pensé… ‘qué canción tan brillante’, y cómo nosotros, bueno, desde cierto punto de vista, cómo yo la destrocé. Pudo haber sido mucho mejor. Me molesta porque no fuimos lo suficientemente inteligentes en nuestro trabajo para darle un buen desenlace a la misma».
La conclusión de Mullen es muy similar a la de un sinfín de divorciados, incluyendo a su tímido amigo. Algo brillante que él, ella o ambos… no supieron atesorar en su momento y tristemente terminaron arruinando.
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