Y Depeche Mode ha vuelto y, aunque intentó surfear por todos los medios sobre la última ola de las filtraciones en la red, no logró evitar que «Heaven», su nuevo sencillo, saliera a la luz antes de tiempo. No es ninguna maldición la anticipación de un par de días con respecto a la publicación oficial, y en todo caso, el propio Andrew Fletcher lo aceptó hace tiempo: «Nuestros fans saben más de la banda que nosotros mismos». Tiene razón el tipo… y es sensato.
¿A qué suena el single? A un Martin Gore empapado de reflexión, o sea, nada que no sepamos sobre la personalidad del rubio en cuanto a sus motivaciones al componer. Hace un fideo lírico que enreda el infierno, el cielo, el dolor en una relación, la luz, la pasión y la decepción. El eterno chico introspectivo que jamás se ha conformado con plasmar la vida cotidiana de una forma simple. La felicidad absoluta es enemiga de Depeche y, quizá a raíz de ello, son exitosos en un mundo predominantemente poblado por infelices.
Lo que sí sorprende de verdad es que un ritmo semilento, que recuerda a «Surrender» (1998), se apodere del primer corte de un material depechero. Al menos en los últimos 23 años (de Violator a la fecha) ninguna balada fue el primer misil disparado al mercado. Y si no, repasemos cada caso: «Personal Jesus», «I Feel You», «Barrel Of A Gun», «Dream On», «Precious» y «Wrong». En mayor o menor medida, con distorsiones, gritos a coro, guitarrazos o melodías dinámicas, todos aceleraban más que «Heaven». Aunque, también hay que decirlo, todos dividieron opiniones, quizá sólo a excepción de «Precious», porque hasta la propuesta de tu Jesús personal, con todo y su video de vaqueros, causó controversia al romper con el esquema digerido por quienes amaban a la banda puramente synth.
Un representante de Sony declaró hace poco que no es el mejor track de Delta Machine y que había que esperar al álbum completo. A la espera de ello (que no sucederá sino hasta el 26 de marzo), los devotos ya se alimentan también de la cara B, «All That’s Mine», cuyos bocados parecen resultar más apetitosos para algunos fanáticos. A título personal, creo que cuando un lado B es capaz de competirle a su contraparte, refleja que éste no ha convencido del todo a los oyentes.
Pero, bueno, Depeche casi siempre ha logrado que su primer misil sea valorado a mediano y largo plazo. Así pues, permitamos que «Heaven» añeje un poco y, quienes decidan bebérselo, sigan el ritual del buen vino, sin devorarse la copa ni apresurar el juicio.
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