Cuando las lágrimas forman charcos… ¿por qué no brincar sobre ellos y hacer de la desgracia un chapuzón?
Desde el arranque de la melodía de Sigur Rós, que en su mayoría está cantada en islandés, huele a aire fresco. Tal vez a razón de eso «Hoppípolla» fue usada para toda clase de motivos musicales, desde bandas sonoras hasta shows televisivos, sin dejar de mencionar su incorporación como tema de entrada de Planet Earth, de la BBC.
Comercialmente hablando, la agrupación sabía lo que hacía con esta belleza que invadió el chart británico en 2005. De antemano, el título de la misma era «The Money Song», conscientes del impacto que podría tener la tan inspiradora y artística sinfonía.
El significado de «Hoppípolla» es algo así como saltar en charcos, acción que aparece en el video oficial que hizo Sigur Rós en su momento con varios ancianos como protagonistas, divirtiéndose de lo lindo, sin importar los sinsabores de la vida ya avanzada. Las imágenes conectan al 100% con la vibra de la canción, por mucho la más exitosa en la carrera de la banda de Islandia.
Brincar en charcos… y la idea de que nunca es demasiado tarde para hallar la felicidad. No importa la forma ni el tamaño ni el idioma, mucho menos la edad.
Si bien en la infancia también se sufre por motivos diversísimos, de igual modo en la infancia se revierte el ánimo fácilmente… y se recuperan las ganas de sonreír y de brincar. De la lluvia, de la tormenta, se edifica un motivo de dicha plena.
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