«4,800 mujeres», respondió orgulloso Gene Simmons al preguntarle hace un año cómo iba, hasta entonces, el contador de mujeres con las que se ha acostado.
¿Que si su lengua es la más famosa del mundo? Ni duda cabe. Y ahí radica gran parte del encanto del bajista de Kiss, el cual ha llevado a la cama a semejante número de féminas.
«Nací con esta lengua, pero de niño nunca imaginé el poder que me daría… sobre las mujeres. Cuando alguien, en algún lugar del mundo, saca la lengua, la prensa reporta: ‘Aquí están ellos, mostrando su mejor versión de Gene Simmons’. Si esta lengua es mi cruz, la he de cargar con orgullo», me decía el mítico líder y fundador de Kiss, quien mucho antes de vender 100 millones de discos, fue abandonado por su padre Feri y se volvió un chico en extremo apegado a su madre Florence, quien padeció y sobrevivió al Holocausto nazi.
Pero Chaim Witz, su nombre de nacimiento en Haifa, Israel, que después cambió por Eugene Klein y Gene Klein, es un hombre de excepción con respecto a otros excesos atados a la vida y al rock. Miles de mujeres, ciertamente, pero nada de drogas, cigarro ni alcohol, ya que, según su modo de pensar, ninguno de estos vicios lo ayuda a ser mejor amante.
«El alcohol y las drogas no tienen vitaminas ni minerales, no te hacen más inteligente ni hacen a tu pene más grande. Ni siquiera te hacen millonario. Por el contrario, hacen que tu pene no trabaje como debe, te convierten en estúpido y propician que le vomites a menudo a tu novia».
Siempre ocurrente y ameno, siempre un tipo espectáculo por donde se le vea, siempre un paladín del entretenimiento, el hombre de los 4,800 acostones y cuyo movimiento de lengua representa el 50% del show de Kiss, tiene claros los conceptos que dividen al amor del sexo.
«El amor está en el corazón de un hombre, el sexo… entre sus piernas».
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