El 7 de noviembre de 1989 los fans de Phil Collins pudieron escuchar por primera vez «I Wish It Would Rain Down», un tema decorado con la guitarra bendita de Eric Clapton.
Colocada como sexta canción de …But Seriously, álbum que muchos seguidores primitivos de Genesis le reprocharon por virar hacia un sonido más comercial, la composición no podía quedarse sin promoción aparte y en enero del siguiente año fue cortada como pedacito del gran pastel. Si bien no tuvo un impacto descomunal, sí logró instalarse en los peldaños más privilegiados de diversos charts de Europa, Norteamérica y Oceanía.
Pero la unión de dos titanes musicales no tuvo motivos sobrenaturales. Tan deslumbrante colaboración fue consecuencia de una cálida amistad que sumaba poco más de una década de antigüedad. En ese entonces al amo de las baquetas le era fácil levantar la bocina, congregar virtuosos apoyado en la trillada frase de «Dios los hace…» y enseñarles los primeros planos de un himno potencial antes de entrar a grabar. Además del de Eric, en aquella placa aparecieron los créditos de David Crosby, Steve Winwood y Stephen Bishop, señal inequívoca de las aspiraciones del londinense.
Así narró Collins el acercamiento con Clapton, durante una entrevista de promoción en 1989: «Le dije ‘Eric, nunca te he pedido que toques en una de mis canciones. Reunámonos, compuse algo completamente amoldado a ti.’ Cuando escribí ‘I Wish It Would Rain Down’ creo que fue lo más cercano al blues en mi carrera. Sentí que era un tema de Eric y él accedió, vino y lo hizo. Fue grandioso, me enorgullece estar tan cerca de él.»
Algunos críticos afirmaron que esta invitación del hombre de escaso cabello a su amigo llevaba un doble propósito, ya que la letra de la pieza refiere a una relación rota presumiblemente por una infidelidad. Y es de todos conocido el mar de depresiones y frustraciones, tanto de Collins como de Clapton, relacionado con triángulos amorosos.
Pero en 1997 el también autor de «In The Air Tonight» desvió la atención y enredó todavía más el mito en Storytellers, programa de VH1 supuestamente creado para que los artistas revelen sus secretos y compartan su evangelio a cinco metros de sus admiradores: «La idea es un poco como cuando crees que has lidiado con algo y después simplemente caminas un día en la calle y te topas con alguien. Y repentinamente esos gusanos con los que creíste que habías lidiado antes, brotan de nuevo. Es una especie de… ‘Nunca pensé que volvería a verte, pero ahora sólo quisiera que lloviera porque sencillamente no puedo manejar esto’.»
Y para terminar de complicar el acertijo, en otro encuentro con la prensa mostró los dientes y dijo que escribió «I Wish It Would Rain Down» inspirado en un vil meteorólogo cuyo pronóstico de lluvia jamás se cumple. Tan pedestre explicación, que le podría chupar la energía a cualquier periodista, propició que nadie más quisiera catear los recovecos mentales del baterista.
Al paso de las décadas… quedaron flacos cuentitos y degradadas suposiciones alrededor de la canción en la que su autor se ocupó no sólo de la voz, sino también de la batería, los teclados y el pandero. Y, claro, se dedicó igualmente a driblar, cual futbolista gambetero, a los «oponentes» que escriben en los tabloides.
Dios es el único que sabe si Phil concibió el single pensando en la soleada guitarra de Eric… o en su lluviosa vida amorosa. Y en suelo británico, desde mediados de los sesenta, Clapton es Dios, según los evangelios pintarrajeados en el metro londinense.
Así que él debe saber.
«You said you didn’t need me in your life, oh I guess you were right. I never meant to cause you no pain, but it looks like I did it again…»
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