Lo avisamos oportunamente y se ha concretado: Lana Del Rey acaba de apoderarse de la cima del chart británico hace escasas horas en apenas la primera semana de ventas de su disco debut Born To Die, declarándole una guerra, si bien no frontal, sí mediática a la inglesa Adele, la mandona del último año en los listados.
Los primeros reportes señalan que Elizabeth Grant, verdadero nombre de la joven neoyorquina que se ha convertido en un fenómeno en YouTube, ha vendido 117,000 copias del citado material, cifra que acumula más unidades que la suma de los otros cuatro álbumes que la persiguen: Old Ideas, del veteranazo Leonard Cohen, + de Ed Sheeran, 21 de Adele y Mylo Xyloto, de Coldplay.
No son pocos los portales y sitios especializados que coinciden en que la también modelo estadounidense de labios atractivos, estilo Lolita y una especie de símbolo sexual de mitad de siglo, es lo que requería aquella nación para tratar de detener el avasallador tren que ha significado Adele, especialmente desde que lanzó su disco 21. Y el resultado tiene sello, ya que si bien es cierto que la música de Lana Del Rey no es fácilmente clasificable, sí es claramente reconocible.
Justo cuando Madonna vuelve a escena, primero con su premio en los Golden Globe Awards, y después a través de su presentación en el Super Bowl entre Gigantes y Patriotas (dejando ciertas dudas en cuanto a su agilidad en el baile con respecto a otros años), Lana Del Rey ha cumplido rápida y cabalmente el primer pronóstico en cuanto a ventas y no debe tener muchas dificultades para ser la artista que se robe el 2012. Sí, repito, la artista que se robe el 2012.
No es que la magia de Adele se haya terminado, es solo que el presente año es irremediablemente la primera cosecha después de la siembra. Se adjudicará varios premios Grammy y continuará gozando un buen rato de la permanencia de 21 en Billboard 200.
Pero Lana Del Rey ha llegado y, como lo externé en este mismo espacio hace varias entregas, lo ha hecho para convertirse en una de esas estrellas con sustancia, lejos de la mera parafernalia de la que otras se han servido para vivir y sobrevivir en este negocio.
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