RADIOLARIA

«Eddie es el verdadero frontman de Iron Maiden, no Bruce (Dickinson); él es sólo el vocalista».

Aunque pocos saben quién es Derek Riggs, autor de esta incendiaria declaración, su obra cambia las cosas por completo, ya que a partir de 1980 le dio una identidad mundialmente conocida a Iron Maiden a través de Eddie The Head, la mascota que ríe malévolamente en millones de discos, playeras, cadenas, banderas y pósters.

«Eddie es la imagen más poderosa en la historia del rock. Ha sido longeva y ha vendido más mercancía en esta industria que nada. Pese a quien le pese, la imagen de Eddie es más conocida que el rostro de Dickinson, y la explicación es simple: Eddie estaba ahí tres años antes de que llegara Bruce a la banda (1981), estaba ahí cuando Bruce dejó la banda (1993), y estaba ahí cuando Bruce regresó (1999)», me dijo hace días el propio Riggs.

La relación entre el dibujante y la banda fue muy exitosa durante los 80, especialmente con las versiones de Eddie en álbumes como Killers, The Number of the Beast, Piece of Mind y Powerslave, pero Derek dejó de colaborar de tiempo completo con Maiden en 2000, ya que sintió que las exigencias del grupo eran tan ridículas como asfixiantes. Desde entonces, ha permitido que la agrupación siga usando las pinturas de Eddie hechas cuando colaboraba con ellos, pero los derechos del personaje le pertenecen.

«Sin este personaje, la banda no habría hecho las grandes giras de inicios de los 80, y, en consecuencia, no tendría tantos fans en el mundo. El producto que les hice los impulsó a lugares a los que ellos no hubiesen podido llegar de otro modo, yo les abrí muchos de esos senderos. Yo inventé el Mickey Mouse de la industria del rock», argumentó el artista, de quien podría incluir más y más frases que reflejan su sentir y su rivalidad con Steve Harris, bajista, fundador y líder de Maiden, pero creo que está claro el punto.

En favor del dibujante, podemos decir que, hasta ahora, aquellos discos de Iron Maiden cuyas imágenes salieron de su pulso han vendido alrededor de 40 millones de copias en el mundo, mientras que el resto, en el que artistas como Tim Bradstreet y Melvin Grant han hecho sus propias versiones de Eddie, suman apenas 17 millones, según diversos sitios de música.

Entonces… más allá de los pósters pegados en las puertas, de las portadas de los discos, de las playeras y de las apariciones de Eddie en cada concierto, ¿cuál es el peso específico de la obra de Riggs en el éxito de una de las agrupaciones más grandes en la historia del metal?

Que cada fan juzgue.