Divinyls tenía en las vocales una bomba sexual, pelirroja, escotada, con un tono adormiladamente sensual y con un liguero casi infaltable en los conciertos que brindó la banda australiana entre 1980 y 1997.
Su nombre es Christina Amphlett, hoy cincuentona retirada que reside en Nueva York, pero quien en sus años de gloria se ubicó entre las féminas más sexies del universo MTV, especialmente entonando «I Touch Myself», el corte más representativo de la carrera de Divinyls y que se lanzó como sencillo en diciembre de 1990, aun cuando su boom se dio en 1991.
Con los años, Amphlett se convirtió en una cantante polémica a raíz de su desparpajo, además de ser abiertamente ultrasexual y con un humor subversivo en sus letras y actuaciones sobre el escenario, donde a menudo permitía ciertos roces con los agraciados del primer cordón de butacas.
A 20 años de su punto catártico, habemos de recordar «I Touch Myself», a mi gusto el tema/video más cachondo de la historia y uno de los pocos cortes musicales que sugiere tanto al oído como a la vista para aprovecharse tanto al gusto como al tacto.
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