La historia detrás de las más grandes canciones

El antojo femenino de Billie Eilish

A través de la pluma de Marcus Wratten, el portal Pink News anticipó el 15 de abril de 2024: «El track dos del nuevo álbum se titula ‘Lunch’ y si el clip corto que Billie Eilish mostró este fin de semana es algo por lo cual detenerse, hay que decir entonces que está configurado para ser una oda erótica al hecho de romancear con otra chica».

Wratten reportó así una pequeña fiesta que Eilish organizó como evento aledaño al festival de Coachella. A todas luces (multicolores, por cierto) su propósito fue dar una primicia a la usanza de las listening parties de antaño y probar ante una reducida concurrencia tres nuevas canciones de Hit Me Hard and Soft, el álbum que habría de lanzar cuatro semanas después con “Lunch” como un primer tiro promocional carente de ambages, rodeos o de la mínima vergüenza: “I could eat that girl for lunch, yeah she dances on my tongue. Tastes like she might be the one, and I can never get enough, I could buy her so much stuff, it’s a craving, not a crush…

Las letras de “Lunch” zarandearon las redes y un sinfín de feligreses de Billie no demoraron en lanzar vítores binarios: @Flosfilm publicó «‘Lunch’, de Billie Eilish, mi nuevo himno gay», @CasalovesAdele escribió «¡Sabía que este álbum iba a ser tan gay como el demonio!», y un tal @SoyBoy_17 posteó «Billie salió accidentalmente del clóset y dijo… ‘Al diablo, seré tan gay como me sea posible a partir de ahora’. E inmediatamente después escribió ‘Lunch’».

Lejos de las redes, Eilish aceptó lo que hubo que aceptar en la entrevista que concedió a la revista Rolling Stone. Con esa voz susurrante y esa mirada aparentemente deshabitada, prefirió envolverse en un manto de sinceridad frente a Angie Martoccio y corresponder a sus editores, quienes prometieron darle una portada que habría de titularse “A Billie le gustaría presentarse de nuevo»: «Esa canción fue parte de lo que me ayudó a convertirme en quien soy, a ser real. Escribí una parte de la misma antes de tener algo con una chica, y después escribí el resto. Toda mi vida, he estado enamorada de chicas, pero no fue sino hasta el año pasado que me di cuenta de que quería tener mi cara en una vagina. Jamás estuvo en mis planes hablar de mi sexualidad, nunca en un millón de años».

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