5 de junio de 1975

syd2.jpgAcaso fue el momento más dramático e inaudito en la historia de Pink Floyd.

El 5 de junio de 1975, mientras el cuarteto inglés grababa la suite de veintiséis minutos, «Shine On You Crazy Diamond», un hombre regordete y calvo, vestido de blanco y con una bolsa de cartón en las manos, entró en los estudios Abbey Road.

Al subir las escaleras y llegar a la sala tres, donde se encontraban Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Richard Wright, el visitante tomó asiento detrás de la consola y observó fijamente a cada músico con ojos negros y profundos como el abismo. Un silencio ensordecedor cubrió la habitación de la forma en que una sábana cae sobre un colchón.

«No le reconocí, se había afeitado la cabeza, había engordado mucho», rememoró Gilmour en el documental The Pink Floyd and Syd Barrett Story.

«Se había afeitado las cejas. Movía los pies, se cepillaba los dientes, fue algo horrible. Siete años sin saber de él y mirarlo de repente, justo cuando grabábamos ese tema en particular… no sé, coincidencia, karma, destino, quién sabe», dijo Wright, el primero de los cuatro que logró quebrar el shock forzando la cabeza, desinflando a este hombre de casi cien kilos, devolviéndole cabello, juventud y esa pícara sonrisa que había dejado sembrada años atrás. Syd Barrett, el juguetón genio de la Fender Telecaster y fundador de Pink Floyd que había salido de la agrupación tras un desmoronamiento mental por su consumo de LSD entre mayo y julio de 1967, yacía inmóvil frente a ellos.

«He comido muchas chuletas de cerdo», susurró con voz de fatiga.

Waters le pidió su opinión sobre la melodía que grababan en el momento de la irrupción. «Suena un poco vieja», contestó Barrett antes de levantarse de la silla y marcharse. Detrás del eco de sus pasos ladeados rompió en llanto el autor de las letras que precisamente completaban esta sinfonía tributo. Antes de ser reemplazado por «Shine On You Crazy Diamond», el título era más campechano y sencillo: «Syd’s Theme».

«Cada que canto ‘Shine On’, Syd está ahí, todo el tiempo. La canción describe cómo experimenté su desintegración, además de ese gran deseo que tenía y que aún poseo, y la pasión que tengo por celebrarlo a él y a su talento y a su humanidad. Expresar el amor que siento hacia él», concretó Waters, amigo de Barrett desde que ambos asistían despeinados al colegio Homerton, en Cambridge. En clase de arte habían inaugurado su lazo artístico haciendo cocodrilos de arcilla a las siete de la mañana.

La conjunción astral en el estudio tres de los Abbey Road integró una primera, única y última vez. Parcialmente preso de la demencia, Syd se fugó de todo y de todos y se instaló en su natal Cambridge. Su vida de viejo fue insular, la de un recluso dedicado a la pintura, a cuidar su jardín y a ir de compras en su bicicleta con canastilla. El contacto humano fue una casualidad y el acecho de fans y periodistas, en busca de una apasionante exclusiva, fue constante, pero estéril. En la red es más fácil hallar fotografías de sus meses como líder de Pink Floyd que de sus últimos treinta años. Amén de las regalías, Seguridad Social de Gran Bretaña lo calificó de enfermo mental y le pagó una pensión hasta su fallecimiento en 2006.

Mientras que Gilmour como Waters perpetuaron el tributo a su amigo en sus tours en solitario al interpretar emotivas versiones de «Shine On You Crazy Diamond», la hermana de Barrett, Rosemary, reveló una de esas ironías musicales que sólo se pueden exhumar de un cerebro que se cree marchito: «See Emily Play» (1967) fue el único tema del catálogo de Floyd que alguna vez le arrancó una sonrisa a Syd. Sucedió en 2001, mientras veía en trusa y camiseta sin mangas un documental transmitido por la BBC.

«Come on you raver, you seer of visions, come on you painter, you piper, you prisoner, and shine!»

3 respuestas a “5 de junio de 1975”

  1. ¡Siempre recomendable este blog!

  2. Grupos como Pink Floyd o músicos como Barrett, Waters, Gilmour, Mason, Wright se extinguen a gran velocidad y no se vislumbra quién pueda llenar esos huecos.

    Posiblemente suene a viejo, pero lo de hoy simplemente no rifa (no todo, aclaro)

    Hoy, la mayoría de los grupos creados digamos que del 2000 para acá sólo piensan en hacerse famosos y eso es lo que se le trasmite a los niños… y si no, vean los comerciales, como uno de cereales que regala juguetitos de Guitar Hero… el slogan dice: ‘estás listo para rockear’

    Ahora resulta que ‘rockear’ es ‘cool’, es buena-onda, es para niños que se qieren sentir malos.

  3. No sabría decir si se me hace triste como acabó ya que solo el sabría si estar en ese estilo de vida lo dejaba tranquilo o no pero si me causa shock como se fue de un extremo al otro y sobre todo como se «dejo» ir físicamente

    Ya sabes que la verdad no soy fan de Pink Floyd y Roger me puede sacar de quicio en ocasiones pero esta canción no está nada mal

    Jmmmm
    Tqm

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