RADIOLARIA

«Hey little sister, what have you done? Hey little sister, who’s the only one? Hey little sister, who’s your superman? Hey little sister, who’s the one you want? Hey little sister, shotgun…»

En el amanecer de los ochentas corrió como pólvora el rumor de que Billy Idol había compuesto «White Wedding» con el único propósito de reflejar su desaprobación ante la relación sentimental que su hermana Jane sostenía entonces con un individuo. Del amorío siguió un embarazo y de ello se desprendieron planes de boda.

Al paso de los años, cuando Idol gozaba de la mitad de la popularidad con respecto a la década anterior, el programa Pop Up Video de VH1 reforzó dicha tesis durante la exposición del respectivo clip, pero irónicamente sería otra emisión de tal canal musical la que permitiría al rockero de las mil muecas quitarle de una vez por todas los pellejos a su clásico ochentero.

«Mucha gente me pregunta si esta canción es acerca de mi hermana. Es bueno aclarar que no es completamente cierto», dijo Billy en Storytellers. «Cuando alguien escribe un tema, busca una nueva situación, nuevas circunstancias, algo que sale de nuestra vida, pero nunca se da al cien por ciento. Mi hermana estaba embarazada, se estaba casando, en eso no había problema, pero me puse a pensar en las convenciones, en las bodas como celebraciones que desatan algo», añadió ante sus seguidores el otrora cantante de los punketos Generation X.

La segunda parte de la explicación adquirió tonalidades diferentes que ciertamente ratificaron a William Michael Albert Broad como parte de una familia muy particular, pero sobretodo como ese ente que es más una actitud que un artista y qué pasa más noches en los hoteles que en su tierra natal. Cliché del rock, forajido con cara de niño encabronado, imagen fundamental del primerísimo MTV y molde referencia de exponentes posteriores del punk como Green Day y Blink 182.

«Desarrollé algo a partir de eso y de la imagen del insistente y enfermo hermano, alguien que probablemente era yo (risas), alguien que experimentaba una vida cero convencional, dejando atrás a sus amigos, viajando. Todas esas cosas se fueron adhiriendo a la canción y quizá la parte más importante se da a la mitad. Dejar el hogar, dejar Inglaterra y encontrarse con una vida distinta me hizo pensar que no hay nada justo en este mundo, no hay nada seguro, no hay nada puro», abundó el hombre habituado a ahogar su pelambrera en peróxido, el inglés que en sus años más salvajes gastó un buen número de millones en la organización de fiestas de escala romana, drogas, linduras Harley Davidson, pirujas platino y vuelos en primera clase.

Según la sentencia de varios críticos musicales, por sonido y musculatura, «White Wedding» es la canción más importante en la enciclopedia de 800 páginas de Idol, la composición lanzada en 1982 como sorbo de su álbum debut solista que, sin embargo, no impactó de inmediato en terrenos británicos y tuvo que ser reeditada. Sólo así pudo erizar orejas y llegar finalmente al sexto puesto del chart de la isla tres años después.

Si no todo, al menos habrá algo qué agradecerle a Jane, la dulce hermanita del indomable Billy.