«I am not Jesus, but I have the same initials«.
Con tan curiosas palabras inicia «Dishes», una de las baladas del This Is Hardcore que Pulp lanzó al mundo en 1998 y en la cual Jarvis Cocker se declaraba el hombre más cotidiano del planeta, el que se queda en casa y lava los platos, el que del modo más tradicional busca ayudar al prójimo, sin milagros, sin cruz qué cargar.
El hombre al que le gustaría convertir el agua en vino, algo que le es imposible.
«La idea brotó mientras andaba en bicicleta, de camino a los ensayos del disco. Se refería a una conversación que tuve a las 4 de la madrugada con un amigo que me dijo que me aproximaba a la crisis del adulto de los 33 años, la edad a la que murió Jesucristo. Se supone que todos los hombres llegan a los 33 y miden sus éxitos con respecto a los de él, y lógicamente uno termina quedando en un honroso segundo lugar», explicaba Cocker en una entrevista que concedió en enero de 1998 al periodista Michael Krugman.
«Cuando uno es joven, piensa que el mundo se mueve alrededor suyo, pero yo llegué al punto de creer que, en realidad, no es así. A Michael Jackson le llegó a pasar algo así y al final lo crucificó la crítica. Puede convertirse en algo muy doloroso».
Reflexiones del Jarvis de los 33 años, el que decidió compararse con Jesucristo… para asumir su derrota sin queja alguna. Quizá el Jarvis más sencillo de su jamás sencilla carrera musical.
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