Me atrevo a declararlo como uno de los conciertos más delirantes y rabiosos en la historia de la Ciudad de México.
El show que brindó The Strokes en el Palacio de los Deportes el 31 de agosto de 2006 emuló a una olla de presión que casi hizo quebrar el domo desde que mismísimo instante en que el quinteto de flacos despeinados pisó el entarimado para arrancar la noche con «Juicebox». Solución inmediata para complacer a los 13,000 hambrientos de rock.
En ángulo panorámico desde las secciones de arriba podía observarse fielmente la maraña de jóvenes brincando y agitando átomos a niveles sísmicos, lo que, apelando a la fantasía, preparó la escena para que el piso se cuarteara y se tragara a todos de un bocado.
En contraste, Julian Casablancas cantaba casi inmóvil, encorvado sobre el micro y meneando ligeramente sus tenis blancos, en combinación perfecta con los músicos de garage y punk neoyorquinos que tan en boga estuvieron en los años dorados de The Ramones.
«The End Has No End» y «The Modern Age» sostuvieron el retumbe constante en la amontonada zona general, mientras que «Heart In A Cage» permitió que aflorara la maestría de Nick Valensi, de greña larga y mangas cortas. Ya los fans tenían masticado este corte, segundo sencillo del First Impressions Of Earth que había sido lanzado desde abril de ese año.
«Muchas gracias por estar aquí, es grandioso tocar de nueva cuenta en este País, gracias por el cariño que nos dan, ¡viva México!», vociferó el enchamarrado Casablancas con un español a tropezones.
La cuerda de éxitos quedó para la segunda parte de un concierto carente de apoyos visuales, pero atiborrado de maravillas dirigidas a la oreja y a las ganas de aventarse encima de quien estuviera disponible. Pasillos invadidos, escalones de salida convertidos en pista de baile mugroso, «Ize Of The World», «Someday», «Hard To Explain», «Last Nite», «Reptilia»… ¿cómo frenar?
La única manera se dio con el encore, momento para el que ya los golpes y empujones habían dejado como saldo dos fans expulsados del Palacio y algunos desmayados, según reportaron los organizadores.
Oda a Lou Reed a través de «Walk On The Wild Side» y final a lo grande con «New York City Cops» y «Take It Or Leave It». Y después… Julian remató con bendiciones y conclusiones atropelladas que intentaron encapsular una hora y media inolvidable.
«Ha sido una noche mágica, no encontramos las palabras para expresar lo que sentimos. Que Dios bendiga a México», dijo el de los trapos negros y tenis blancos.
Setlist -310806-
Juicebox, The End Has No End, Red Light, The Modern Age, Heart In A Cage, Electricityscape, Is This It, Ize Of The World, Hawaii, Someday, Hard To Explain, 12:51, You Only Live Once, Last Nite, Ask Me Anything, Vision of Division, Reptilia // Barely Legal, Walk On The Wild Side, New York City Cops, Take It or Leave It.
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