Ha transcurrido apenas una hora desde el anuncio del deceso de Whitney Houston de parte de su publicista y su página oficial, esa que colocó una cuenta regresiva para su más reciente álbum, ya no existe.
Con el paso de las semanas se esclarecerán los detalles del cómo ha muerto una de las más grandes artistas negras en la historia del pop. Por lo pronto, hoy mismo no se sabe mucho, excepto que fue encontrada inconsciente en una habitación del hotel Beverly Hilton de Los Angeles y que habría sido pronunciada muerta a las 15:55 horas.
Todos elucubran y casi todos enfundan el rumor en la aparente obviedad: el mundo del exceso se ha llevado a Whitney con sus modos repentinos y sus consecuencias trágicas. Sólo les apoya lo inusual que es una muerte a los 48 años. Sin embargo, quienes saben lo que realmente ha sucedido… no se han pronunciado.
2012 es triste como 1992 fue glorioso. 20 años atrás Whitney vivía uno de sus momentos cumbre con un pie en el cine y otro en la música. Entregaba The Bodyguard a las pantallas y el sencillo «I Will Always Love You» a la radio, logrando con ello el soundtrack más exitoso de todos los tiempos y el cuarto álbum más vendido en la historia de la música, con 44.2 millones de copias vendidas.
Desgraciadamente, el derrumbe en la vida de Houston no estribó en los huracanes del mundo exterior. Su caída se dio detrás de la puerta de su jaula de oro. Y su verdugo no fue otro que su propio esposo, Bobby Brown, hoy detestado por la mayoría de los fans, quienes lo acusan de la violencia física, verbal y psicológica que en repetidas ocasiones se asomó en los periódicos y noticiarios de todo el mundo. Al final, de ello habló en 2009 Whitney, quien tras años de silencio, le confesó a Oprah Winfrey que, pese a su adicción al crack y a otros tantos narcóticos, su principal droga era Brown, a quien amó tan incomprensible como profundamente. «Sólo quería ser una buena esposa», rubricó la cantante en aquella charla.
Musicalmente, los últimos conciertos de la estadounidense fueron dramáticos. Los potentes agudos de su voz desaparecieron en ciertos recitales y las disculpas en pleno escenario se volvieron frecuentes, a la par de una imagen deteriorada que ante todo exhibía un semblante esquelético y propio de alguien que incluso admitió no haber usado más que una misma pijama durante 6 meses.
Descanse en paz Whitney Houston, la diva que hace varios años extravió a su protector, a su guardaespaldas.
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