Los fans de médula lo saben: las «baladas» de Metallica correspondían casi siempre al track 4 de los discos que sacó la banda entre 1984 y 1991. Y la primera de ellas fue «Fade To Black», correspondiente al mítico Ride The Lightning.
Bien sabido es que esta composición de casi siete minutos de duración, grabada en los estudios Sweet Silence de Copenhague entre febrero y marzo de 1984, hace referencia al suicidio, a la desesperanza y a un estado demasiado bajo como para seguir viviendo.
La entrada limpia y melancólica por medio de la guitarra acústica de James Hetfield ha roto corazones y ha logrado un impacto fortísimo en muchos de los seguidores del grupo que se volvió legendario en el universo del metal.
Hetfield escribió la letra de «Fade To Black» en la casa de uno de sus amigos, en Nueva Jersey. Era y no era el mejor momento para componer, toda vez que el oriundo de Downey tenía el ánimo en el piso por el reciente robo de gran parte del equipo de la banda, pero en particular por la desaparición de un amplificador que le había obsequiado su madre poco antes de morir de cáncer.
«Estaba muy deprimido porque nos habían robado y porque nos acababan de correr de la casa de nuestro mánager al haber causado destrozos y bebernos toda su cava», contó en 1991 el vocalista, quien se dijo consciente de que era un riesgo crear un tema menos vertiginoso en aquellos ayeres, dado el fanatismo de los feligreses del thrash metal.
«Es una canción acerca del suicidio y esto nos pesó mucho; había chicos quitándose la vida por ello, pero también recibimos cientos y cientos de cartas de otros que nos decían que se identificaban con la canción y que los había hecho sentir mejor».
¿Hablar de suicidio por un equipo musical robado? Sí, así es la música, así es el metal. Quienes llevan la melena en la sangre y la sangre en las letras… lo entenderán perfectamente.
«Things not what they used to be, missing one inside of me, deathly loss this can’t be real, cannot stand this hell I feel»
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