
Aquel mensaje llegó cuando el amor ya había cambiado de órbita.
“Ladies and Gentlemen We are Floating in Space” no reclamaba una ruptura con ahínco ni furia, solo murmuraba el tiempo posterior, cuando la historia ya ocurría en otro sitio.
Durante años, Spiritualized y The Verve avanzaron como astros gemelos: misma generación, mismas devociones psicodélicas, distinta manera de levitar. En el centro de tal sistema orbitaba Kate Radley, la atractiva tecladista de la primera banda, y musa y novia del líder de la misma, Jason Pierce.
Y, silenciosamente también, fantasía de Richard Ashcroft, cuya grupo solía abrir los shows de Spiritualized.
El estallido de semejante triángulo no sucedió en público. No hubo titulares inmediatos ni misiles cruzados en los tabloides. Todo ocurrió en voz baja, lejos de los focos. Cuando la noticia fue conocida, ya era tarde para calibrarla como escándalo, era pasado.
Pierce argumentó que jamás escribió canciones como un ajuste de cuentas: “Intentas capturar ciertos momentos… intentas poner estos sentimientos de una manera que tenga sentido para la gente…” Y de ese mismo modo negó por siempre que el disco Ladies and Gentlemen We are Floating in Space, especialmente el track que da nombre al miso, fuese un diario sentimental con villanos auténticos. En todo caso, Jason se sintió más cómodo aceptando que el álbum sonaba a alguien que sigue inhalando y exhalando en una habitación donde ya no está la mujer a quien amaba.
De esa primera pieza, piedra angular del disco, la frase inaugural es de la mismísima Kate Radley, pronunciada con la más absoluta ausencia de afectos ni sentires. Sin ser despiadada, está, en todo caso, remojada en insensibilidad. Durante años creció el mito de que se trataba de un mensaje que Kate había dejado en la contestadora de Jason. Lejos de la comprobación del rumor que nunca llegó, el morbo de los medios ingleses se alimentó a lo grande porque suena a alguien que se ha marchado y que está alertando que el mundo cambió de eje y los besos de destinatario.
En otros pasajes del disco, Pierce es acaso más explícito. Y por eso, decenas de veces le cuestionaron la lírica de “Broken Heart” y ese “I’m wasted all the time, I’ve got to drink you right out of my mind…” Pero, de nuevo, el cantautor argumentó que las letras estaban a salvo de sus borrascas personales. “Las canciones fueron escritas antes de mi separación con Kate. No me separé de ella y luego escribí «Heart Broken», eso sería muy extraño. Había estado escuchando mucho a Patsy Cline y Jimmy Scott, canciones llenas de cosas absolutamente desgarradoras”.
En la primera versión de “Ladies and Gentlemen We are Floating in Space”, Pierce decidió usar fragmentos de “Can’t Help Falling in Love” de Elvis Presley, balada monumental que maridaba en tiempos y dolores y podía enredarse magistralmente con los derrumbes del genio noventero. Sin embargo, aceptar eso implicaba renunciar a la autoría, dejar que la canción dejara de ser suya. Así pues, Pierce eligió perder a Elvis antes que perder la canción y reculó.
“Canté algo muy cercano a la armonía de ‘Can’t Help Falling In Love’ al final de la pieza. El sello imprimió cincuenta mil copias antes de que la gente de Elvis regresara y nos dijera: ‘Sí, puedes usarla, pero tiene que convertirse en nuestra canción’. Pregunté si podíamos compartir créditos, pero se mostraron inflexibles y dijeron que si esa pieza se quedaba, se llamaría ‘Only Fools Rush In’ y se le acreditaría a sus compositores. Así que lo saqué. El álbum salió en blisters de papel aluminio. ¿Qué estábamos diciendo? Que la música hace exactamente lo que hace la medicina”, le dijo el de Rugby, Warwickshire, a Michael Bonner en 2015.
Lo que quedó tras la disputa fue una canción que no acusa a nadie, aunque parece mostrarlo todo. Porque no habla del instante en que la chica se va, sino del momento en que comprende uno con quién se fugó.
Por eso “Ladies and Gentlemen We are Floating in Space” anuncia el nuevo estado de las cosas, como una voz tenue que, antes que tarde, avisa en una contestadora que el romance cambió de órbita.
Y que ahora, inevitablemente, mientras un tal Richard duerme con la bella Kate, hay un Jason a la deriva, flotando en el espacio, donde lo sencillo reina porque la gravedad no existe.
“All I want in life’s a little bit of love to take the pain away, getting strong today…”
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