
A aquel técnico se le ocurrió perpetuar el momento que nunca tuvo precedente ni secuela. Vio a esos dos veinteañeros jugueteando, sentados en el mismo banquito uno junto al otro, cadera con cadera, ensayando al piano “Our House” a cuatro manos. Y decidió oprimir el botón y grabar el audio.
“Sí. Esos éramos Joan y yo”, susurró Graham Nash ya de viejo, a los ochenta y dos, en un episodio del programa Song Exploder donde las grandes canciones del pasado son devueltas a la vida. “Fue algo espontáneo. Sucedió durante una visita a Filadelfia y Joni estaba conmigo. Durante la prueba de sonido empecé a tocar ‘Our House’ y ella se unió a mi voz y al piano. Fue la única vez en la vida que eso sucedió”.
Al rebasar los cincuenta segundos de esa toma, después de que pronuncia “Everything is done…”, Graham trastabilla, pierde el ritmo y exclama “¡Mierda!”, a lo que Joni, con una fuerza e inocencia planetarias, responde soltando una carcajada que aplasta todo. Al quedar grabada, esa risa juvenil derretirá los glaciares de cualquier olvido posible y endulzará miles de crepúsculos donde se concentren las memorias amargas derivadas de la ruptura. Porque solamente un par de años Joni y Graham serán almas eternas y después serán humanos muy humanos. Porque dejarán de ser frutas de temporada, mandarinas alegres, brillosas y exquisitas, llenas de jugo y de vida.
Pero esa canción que brotó de una mañana encapotada, esa pieza más suya que de nadie, sí será indeleble.
«Un día Joan y yo fuimos a desayunar a una tienda en el bulevar Ventura, y a pocas cuadras había una tiendita de antigüedades en cuya ventana Joan vio un jarrón. Entró, se enamoró de él, lo compró y lo trajo a casa”, rememoró Nash en 2016 al sitio Performing Songwriter. “Era una mañana fría y gris, como a veces son las mañanas en Los Angeles, y al llegar a casa le dije: ‘¿Por qué no prendo la chimenea mientras tú colocas unas flores en el jarrón que acabas de comprar?’. Enseguida, ella estaba cortando los tallos y las hojas y arreglaba las flores para aquel jarrón. Aunque entonces nuestras vidas estaban muy lejos de ser vidas ordinarias, pensé: ‘Qué momento tan ordinario’. Aquí estoy, encendiendo fuego para mi mujer y ella está colocando flores en su nuevo jarrón’. Me senté al piano y una hora más tarde ‘Our House’ había sido escrita”.
El 7 de noviembre de 2018 Joni Mitchell celebró sus setenta y cinco años, ocasión para la cual Graham fue invitado. Con su cabello del color de los osos polares y su camisa y pantalón del color de los murciélagos, se sentó al piano, se apretó la nariz y dijo: “Escribí esta canción para Joni cuando yo tenía veintisiete años y ella tenía veintiséis. Francamente, después de la elección presidencial de ayer, me da gusto decir que tenemos nuestra casa de regreso”.
No hubo traspiés en el verso de “xxxx” ni tampoco una risilla adolescente. graham estuvo solo en el banquito del piano y Joni lo miró desde la butaca.
8217 laurel – mountain
Diciembre 10 de 1968
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