
«Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir (…) y un tiempo para sanar».
Y hubo, igualmente, un tiempo en que una canción con letras que rescatan el Capítulo Tres del Libro del Eclesiastés, perteneciente al Antiguo Testamento de la Biblia y sus más de dos mil años de antigüedad, pudo llegar a la cumbre de las listas de popularidad.
Sucedió en el otoño de 1965 con «Turn! Turn! Turn! (To Everything There is a Season)», cuando los californianos The Byrds decidieron hacer su propia toma de la pieza originalmente compuesta por Pete Seeger. «‘Turn!…’ era una canción folclórica en ese momento, pero la toqué y salió algo muy Rock’n Roll porque eso es lo que yo tenía programado, como si fuese una computadora programada», contó en 1996 Roger McGuinn, el músico con la mejor pelambrera de la banda estadounidense, amante de las gafas rectangulares y el tipo más a la moda dentro del quinteto de emplumados que fungió como un sano contrapeso a la invasión británica de mediados de los años 60. Esos que fueron otra opción mas no enemigos directos de The Beatles. Muy por el contrario, fueron en todo caso compañeros de experiencias lisérgicas de los cuatro de Liverpool cuando éstos dejaban la hierba y buscaban adentrarse en un cosmos más psicodélico.
“Como banda, pensamos que sería un sencillo adecuado. Lo tenía todo: un buen mensaje, una melodía sólida, y debíamos aprovechar el momentum«.
Opina en Radiolaria