La historia detrás de las más grandes canciones

Elvis Presley y Alvin Krolik, el incauto abatido por el amor y las balas

Por acá, por aquí y por allá se aseguró durante seis décadas que el origen de «Heartbreak Hotel» estaba en un artículo del diario The Miami Herald, el cual recogió en 1955 el suicidio de un misterioso hombre que segundos antes de arrojarse desde una ventana, había incluido en su nota de despedida la línea «lonely street«, esa que cuelga de las letras del clásico de Elvis Presley: «Well, it’s down at the end of Lonely Street«.

Sin embargo, en esos sesenta años nadie mostró tal artículo, mucho menos precisó la fecha en la que el rotativo de Florida supuestamente consignó la muerte del desdichado. Todo se redujo al sabor de la leyenda.

Carente de ficha técnica, la historieta halló camino y por más de medio siglo escoltó las explicaciones alrededor del primer hit a escala nacional de Presley. Incluso los dos autores de «Heartbreak Hotel», la maestra de música Mae Boren Axton y el guitarrista Tommy Durden, secundaron la teoría del suicida anónimo sin aportar prueba alguna.

Fue hasta 2016 que la revista Rolling Stone alumbró la callejuela colmada de rumores: «Heartbreak Hotel» posee su génesis en las tribulaciones de Alvin Bert Krolik, un joven de Chicago hundido en una racha depresiva que la noche del sábado 20 de agosto de 1955 entró en una licorería de El Paso, amagó al propietario con un revólver .38 y le exigió entregarle el dinero guardado en caja. Una ligera distracción acabó con el plan y la vida del asaltante, quien recibió nueve tiros del dueño del establecimiento.

La pesadumbre que el delincuente cargaba al entrar ese sábado en la tienda de licores había iniciado dos años antes. Abatido por un divorcio, Krolik había entrado en una espiral de fechorías que retorcieron su estabilidad emocional hasta que en 1953 apareció en la comisaría de Chicago para entregarse sin más, hecho que utilizó no solo como una confesión de delitos, sino como una extraña forma de desahogar su aflicción personal. Si bien cada palabra le sentenciaba al encierro, por otro lado le hacía drenar la congoja.

La peculiar historia de Krolik atrajo a un sinfín de periodistas, entre ellos un editor de Nueva York que logró hacerse de la autobiografía que el malhechor había empezado y en la que se incluía este pasaje: «Si estás en una esquina con una cajetilla de cigarros y una botella y no tienes nada más que hacer en la vida, te sugiero te sientes y pienses. Esta es la historia de una persona que caminaba por una calle solitaria. Espero que esto ayude a alguien en el futuro«.

El 25 de agosto de 1955 el periódico El Paso Herald-Post publicó el incidente de la licorería y le colocó el encabezado “Killing ends Heartache: Story of person who walked Lonely Street”. Semejante hilo de palabras en el titular coincide con las letras que concretó Mae y que ésta, sin demora, enseñó a Elvis tres semanas después de la muerte de Krolik.

Habiendo firmado con el sello RCA, Presley lanzó «Heartbreak Hotel» en enero de 1956 y consiguió el primerísimo de muchos números uno en su refulgente carrera. Ese fue el suceso, el hito, la hazaña, la forma rítmica y luminosa con la que Elvis recitó con su voz de terciopelo un trágico desenlace, el de un hombre torturado por un divorcio que no precisamente se quitó la vida en Florida, sino que sucumbió tiroteado en Texas.

«Well, since my baby left me, well, I found a new place to dwell, well, it’s down at the end of Lonely Street, at Heartbreak Hotel…«

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