No hay canción más añeja en el catálogo de The Cure. Y acaso tampoco exista una pieza que derrita de tal modo el maquillaje de Robert Smith.
Basada en The Stranger, de Albert Camus, “Killing an Arab” fue escrita por Smith cuando aún estaba en la escuela. En ella, el protagonista admite que acaba de matar a un árabe en la playa, bajo un sol implacable.
El hecho ha provocado durante décadas dolores de cabeza recurrentes a su autor. Diversos miembros de la comunidad árabe lo han acusado de incitar a la violencia contra ellos, leyendo el título de forma literal y descontextualizada.
En realidad, el corte se enfoca en cuestionar el sentido de la existencia humana —el estar vivo, el estar muerto, el sentirse extranjero incluso dentro de uno mismo—, pero ello no ha disminuido la polémica del título ni de las líneas que parece condensar el absurdo camusiano: “I’m alive, I’m dead, I’m the stranger, killing an arab…”
Existen copias antiquísimas del recopilatorio Standing on a Beach que incluían un pegote con una advertencia. La canción no debía ser utilizada con fines racistas, aclaración que no salía sobrando a finales de los años 80, cuando algunas cuadrillas de skinheads británicos comenzaron a apropiarse del tema, y durante la Primera Intifada, cuando sectores antipalestinos adoptaron la melodía como himno.
La mayor andanada de críticas, sin embargo, llegó durante la Guerra del Golfo. Smith se vio obligado a explicar públicamente el origen literario de la canción, una y otra vez, ante auditorios que no parecían especialmente interesados en Camus. Así lo recordó en 2018, en entrevista con The Guardian: “Fue completamente surreal tener que explicar a Camus frente a un mar de rostros absolutamente desconcertados”.
Y todavía habría una nueva oleada de censura tras los atentados que dejaron a Nueva York mutilada el 11 de septiembre de 2001, cuando el título volvió a resultar intolerable para ciertos programadores.
“Si algo me gustaría cambiar es el título de la canción. La escribí cuando estaba en la escuela y trataba de decir que la existencia de todos es básicamente la misma. Todos viven, todos mueren, nuestras vidas tienen el mismo valor, así que está muy lejos de ser una declaración racista. Pero el título molesta a mucha gente”, aclaró el músico.
La impotencia lo llevó a terrenos insólitos. En algunos conciertos, The Cure sustituyó el verso problemático por algo deliberadamente absurdo: “Kissing an Arab”. Más tarde, la pieza apareció en el listado del Bestival 2011 como “Killing Another”.
Concebida como un apunte literario escrito por un adolescente que leía a Camus y pensaba en el sol, el azar y el absurdo, “Killing an Arab” ha dormido decenas de miles de noches con significados añadidos. Smith envejeció, el maquillaje se corrió, las guerras cambiaron de nombre, pero la canción siguió obligándolo a explicar lo inimaginable. Quizá nada le haya resultado más tortuoso que haber tenido razón demasiado pronto.

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