La presión era enorme, la prensa estaba encima y tantos reflectores calentaban la cara.
Después del exitoso Hot Fuss de 2004, amantes y detractores de The Killers ansiaban saber cómo volverían a escena los chicos de Las Vegas y qué tanta calidad habría en la secuela del primer álbum.
Brandon Flowers no la pensó tanto y arriesgó con un tema cuyo título y melodía, enjuagados en el Bruce Sprinsgteen setentero, quedaron listos en veinte minutos. Así, en caliente, nació «When You Were Young», primera apuesta de Sam’s Town basada en una frase que no dejaba de sonar en la mente del mormón: «He doesn’t look a thing like Jesus, but he talks like a gentleman…»
«Se dio uno de esos ratos de inspiración sobre los cuales a veces uno lee, y me siento afortunado por haber tenido varios de ellos en distintas ocasiones. En definitiva éste fue uno. Existía una presión enorme sobre nosotros por lo bien que le había ido al Hot Fuss, así que esta canción fue un gran desahogo», comentó Flowers a NME.
El añejamiento de «When You Were Young» ha sido tan exquisito que gira a gira se integra a la terna de canciones escogidas por el cuarteto para cerrar sus conciertos. Y cuando es colocada al final del repertorio, los fans tampoco se guardan nada: euforia total, lanzamiento de cerveza y extravío de ciertos modales. Hablar de un himno devorador de masas no es un disparate.
«En vivo también me quitó mucha presión y todas las noches me siento agradecido por ello. La canción conservó el fuego en nosotros y mantuvo viva a la banda», añadió Brandon, quien en otra oportunidad admitió que pocas composiciones de su catálogo condensan tanto entendimiento entre los cuatro músicos.
Descolgado en la radio, el sencillo mordió con vigor varias listas internacionales, incluyendo el número uno del Billboard Hot Modern Rock Tracks y el segundo escalón del chart de Reino Unido. Esto… sazonado con un peculiar video filmado en Tlacayapan, municipio mexicano donde una historieta de ficción, protagonizada por actores locales como Sonia Couoh y Gustavo Sánchez Parra, permite ver a la banda tocar con el muy curioso nombre de «Los Dientes del Perro» y a Flowers con mostacho digno de ensuciarse con tamales. Rock estadounidense, folclor morelense.
Durante las sesiones de grabación del clip que dirigió Anthony Mandler el grupo pasó la noche en una hacienda vieja. Ahí todos durmieron plácidamente, menos el guitarrista Dave Keuning, quien en la madrugada tuvo el ojo engarrotado y vidrioso gracias a una ínfima lagartija que decidió correr un maratón en su habitación. Para un artista cuyos impulsos se muestran preferentemente en un requinto, azotar un zapato contra la pared es garantía de fracaso y, tras varios minutos de batalla, el greñudo que desquicia estadios terminó deshonrando el nombre de su banda al no poder aniquilar al pequeño Godzilla. Abatido, tomó sus pertenencias y se marchó del pequeño coliseo.
«Ninguno de los cuatro había venido a México. No sabía qué esperar, es algo muy diferente», dijo el derrotado Keuning.
Los inconvenientes de visitar tierras inhóspitas y enfrentar criaturas tan veloces como un buen solo de guitarra.
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