Las magníficas y oscuras letras de Disintegration, octavo álbum de estudio de The Cure, pueden ser leídas hoy día por los fans en las hojas de la libretilla que acompaña cada copia. Sin embargo, en octubre de 1988, todo lo escrito por Robert Smith con respecto a aquel material que a la postre se convertiría en una obra maestra, se encontraba doblado y escondido al interior de la cartera de piel del músico. No había copias ni reproducciones en otro lado de dichas letras.
Me refiero particularmente a los líricos originales que Smith había preparado para completar las sesiones de grabación de 17 composiciones en los Outside Studios, entre ellas la docena que se incluyó en la selección final del disco y cinco tracks más: «Babble», «Out Of Mind», «2 Late», «Fear Of Ghosts» y «Delirious Night».
Una noche, mientras la agrupación inglesa cenaba en total tranquilidad, se generó una falla eléctrica en la habitación de Robert que desató rápidamente un incendio. Para cuando el grupo se percató del siniestro, el espacio ya era terreno de las flamas.
Smith sabía que, más allá de los muebles, el pequeño tesoro guardado en aquella cartera de piel representaba una de las obras más profundas y prometedoras en la carrera de The Cure, por lo que, a pesar de la convicción de los demás de esperar a la llegada de las brigadas de bomberos, decidió envolver su cabeza y hombros en toallas empapadas y entrar al cuarto.
A ciegas, el líder de la banda logró llegar hasta donde estaba la maltrecha cartera. Segundos después, todos se percataron de que, pese al fuego y a que el papel estaba quemado, las letras aún eran legibles.
En una entrevista que concedió a propósito de la reedición de Disintegration, Smith aclaró la suerte que pudo haber corrido aquel disco fundamental en su trayectoria: «Si no hubiese ido por la cartera en aquel momento, el disco habría quedado como material instrumental».
Pasado el siniestro, Robert debió finalizar las sesiones durmiendo solo en un ático. Pero poco después, The Cure consolidó su fuerza como una de las bandas pilares de los años 80, «Lullaby» y «Lovesong» invadieron las listas de popularidad, Disintegration vendió más de tres millones de copias alrededor del mundo y el respectivo Prayer Tour agotó sin problema 75 fechas entre mayo y septiembre de 1989.
Varias razones de peso para rescatar aquellos (importantísimos) garabatos.
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