Five Man Electrical Band y esas muchas señales en el camino

Líricamente, “Signs” inicia en el punto más álgido: “And the sign said ‘Long-haired freaky people need not apply’ So I tucked my hair up under my hat, and I went in to ask him why…

Les Emmerson, el líder y alma de los canadienses Five Man Electrical Band, había escrito las letras de una forma muy peculiar, como si la carretera le hubiese dictado cada verso. “Toda la canción estaba justo frente a mí. Simplemente tenía que detener el automóvil y bajarme a escribirla”, dijo el rockero en una charla con The Music Express en 2014.

Les apuntaba directo a los innumerables letreros con los que la agrupación se topó durante un largo recorrido a través de la famosa Ruta 66 a finales de los años 60. Se dirigían a Los Angeles y fue en un spot cercano a Nevada donde Emmerson se cansó del exceso de rectángulos decorados con instrucciones acerca de lo permitido y lo prohibido. “Señales interminables que decían ‘Sigue por acá’ y ‘Haz esto’. Y todo… tapando la belleza del entorno e indicándonos qué hacer. Fue algo que me entristeció”, afirmó el músico en otra oportunidad, charlando con el columnista Earl McKray.

Con suficiente inspiración, Lee y el resto del quinteto completaron su canción insignia, curiosamente rechazada en un primer momento por el sello MGM. Los genios encorbatados replicaron que “Signs” era un tema demasiado extenso con sus poco más de cuatro minutos y -lo peor- poseía un estribillo que demoraba mucho en sonar (54 segundos). Hablando de límites e indicaciones.

Dallas Smith, el productor del disco, metió la mano en favor de los creadores y consiguió que el corte fuera puesto en circulación en 1970, colgado de un single supuestamente más pulido: “Hello Melinda, Goodbye”.

Los programadores se percataron de la burda terquedad de los ejecutivos y buena parte de ellos optó por voltear el acetato para hacer sonar la verdadera gema del grupo de Ottawa. El ajuste funcionó: segundo lugar en el chart canadiense y tercero en el estadounidense. Ninguna otra composición de los Five Man Electrical Band llegó más alto.

La cuadrilla entró en rachas de inestabilidad, salidas y reencuentros durante los lustros subsecuentes… hasta que en la víspera de la década de los 90, Les fue abordado por un chico de ojos pequeños y facciones similares a las de Steven Tyler. “Nos presentamos en el Winterlude Festival y ahí me percaté de este tipo de cabellos largos que estaba recargado a un costado de la pizarra. Unos minutos después se me acercó y con un tenue acento sureño me preguntó si yo era Les. Cuando asentí, se identificó como Jeff Keith, vocalista de Tesla. De inmediato le dije… ‘Un abrazo no será suficiente, te invito una cerveza…’”

El choque de tarros fue el chasquido inaugural de un trato que reformuló la historia de los recitales acústicos. El 2 de julio de 1990, mientras acompañaban a Mötley Crüe en el agotador Dr. Feelgood Tour, los chicos de Tesla aprovecharon una jornada de tregua para armar una tocada informal cien por ciento acústica en el Trocadero Theatre de Filadelfia, donde cada integrante escogió un tema de otras agrupaciones para hacerlo sonar esa noche. Jeff eligió “Signs”.

El palomazo desenchufado cosechó tales y tan intensos aplausos que la grabación fue lanzada oficialmente bajo el título de Five Man Acoustical Jam, en honor a la banda creadora de «Signs». Mientras el disco se vendía a lo grande, el video de la canción en aquel pequeño recinto de Pensilvania encantó a miles y apuntaló una idea que la MTV había horneado pocos meses atrás. Tesla hizo magia al poner en órbita su unplugged propiamente sin la marca del canal.

«Ustedes no hicieron el primer álbum acústico, pero sí el primer disco acústico en directo», le dijo un tal Jimmy Page a Brian Wheat, el bajista de Tesla.

Elogios entre long-haired freaky people. Y señales poderosas.

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